Como sabéis, estábamos trabajando el valor del ESFUERZO. Un valor muy importante, más aún en estos días que estamos pasando en casa.
Para ello, hoy os propongo la lectura de este cuento, con unas preguntas al final. Este cuento os servirá para saber que el esfuerzo nos ayuda a aprender, a buscar soluciones y a cambiar la manera de hacer las cosas.
La niña que quería atrapar en agua
Desde el río cercano, una pequeña línea de agua se escapaba y formaba un pequeño arroyo, con agua fresca, que fluía y corría limpia y fresca. Su simple sonido ya calmaba la sed, podías sentirte renovado con solo escuchar fluir el agua.
Cada mañana una niña observaba fascinada el fluir del agua, el arroyo y quería atrapar el agua. Así que cada mañana metía las manos en el agua y con mucho empeño, cerraba los dedos e intentaba agarrar el agua en sus manos, como lo hacía con la arena, y con otras cosas. Pero el agua se escapaba siempre entre sus dedos y cuando abría la mano solo quedaban sus dedos y su palma mojados.
Cada día intentaba, cada día pensaba hoy sí que lo voy a conseguir y se esforzaba aún más que el día anterior por atrapar el agua entre sus manos, pero sus intentos siempre eran inútiles. Después de muchos esfuerzos, con una mano, con las dos manos, apretando con más y con menos fuerza, por fin dio con una solución.
Si juntaba ambas manos, podía coger algo de agua y así lo hizo, se fue corriendo a casa con ambas manos juntas y una pequeña cantidad de agua recogida entre sus manos, pero al llegar no había agua, ya que se había ido derramando por el camino. Siguió intentándolo, y después de muchos intentos y después de mucho pensar, encontró una nueva solución.
¿Cómo no se había dado cuenta antes?, no tenía que usar las manos, ya que el agua se escapaba entre la unión de sus dedos. En lugar de eso usaría una jarra, que puede recoger el agua y no la deja escapar. Así lo hizo, cogió una jarra de agua, la llevo al arroyo y una vez allí llenó de agua la jarra y la llevó a casa. Por fin, parecía que lo había conseguido, tenía agua en casa y apenas había perdido por el camino. Pero cuando llego a casa con su jarra de agua enseguida comprobó que no podía disfrutarla igual que en el arroyo. El agua estancada no emitía el sonido, no se mantenía tan fresca y no fluía.
La niña estaba desesperada lo había intentado tanto, se había esforzado mucho y no había servido para nada. Pero entonces se dio cuenta de algo, había ido aprendiendo y por mucho que se esforzase estaba siguiendo procedimientos que no eran los adecuados para lo que quería conseguir. La niña pudo darse cuenta de que si lo que quería era ver fluir el agua, para ello tenía que aprender a disfrutar del agua en el arroyo, sin intentar controlarla o modificar su curso. Pero había aprendido lo que tenía que hacer si quería algo de agua en casa.
FIN DEL CUENTO
Preguntas sobre el cuento:
- ¿Cómo crees que era el esfuerzo de la niña?¿Le servía para algo tanto esfuerzo?
- ¿Cómo crees que se sentía?
- ¿Por qué crees que no le servía todo su esfuerzo?
- ¿Crees que aprendía cosas?
- ¿Qué paso cada vez que intentaba una nueva solución?
- ¿Crees que es bueno buscar diferentes soluciones o maneras de hacer las cosas?
Una vez leído, tenéis que contestar las preguntas en un hoja, y mandármelo al correo (puede ser con una foto).
Podéis escribirme para cualquier duda a mi correo: jorge.sanz@educa.madrid.org
Un saludo.